Amanece lentamente,
transcurre el día y anochece en un abrir y cerrar de ojos, carencia
de luz, y como no, la misma gente de siempre en la playa, sin esas
masificaciones típicas del verano, las gaviotas pasan con sus
vuelos, los barcos van y vienen de faenar... así son los días de
invierno.
Llevamos unos cuantos
días soplando Nordés, disfrutando de cielos despejados y azules
pero con un frío que se te quedan las bowlins como almendras, el
agua está helada, cambiarse rápidamente, y al salir esa sensación
en la que no sientes los dedos de las manos ni los pies lo cual te
complica mucho abrochar los botones de los pantalones y atar los
cordones de los zapatos.
Encontramos buenos baños
pero las fotos sufren la falta de luz, aunque siempre merece la pena
estar en la orilla esperando ese momento en el que la unión entre
las olas y la luz te sorprenda con una buena maniobra en el labio.
El domingo me pasé casi
toda la mañana sentado en los acantilados del Castro de Baroña y
apenas conseguí una foto buena por la poquita luz reinante. Aún
bueno que a la tarde nos fuimos a dar otro baño a otra playa y algo
salió.
Los increíbles
atardeceres que tuvimos en Octubre ya no hacen acto de presencia
mientras te cambias tras una buena sesión de olas, ahora apuras al
máximo y te vas directo al bar más cercano a tomar un café o un
colacao calentito.
Un saludo y buena semana
a todos.
El surfista nunca está
sólo, siempre va a estar acompañado de ese momento de libertad. Aquí Kike Ramos esperando la serie.
Kike Ramos
Surfing girls. Katy
A la tarde nos fuimos a probar suerte a otra playa.
Pablo Cons girando en el labio.
Tapada de las buenas de Pablo Cons.
Manuel de Camaramar recortando, zas!!!
Tarelo intentando taparse.
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